Prejuicios

La niña tenía dos manzanas en su mano.
Su mamá se le acercó y le preguntó a su hija si le daría una manzana.
La niña rápidamente mordió una y luego la otra. La mamá sintió cómo se le congeló la sonrisa y trató de no mostrar su decepción.
Pero la niña le pasa una de las manzanas y le dice: "toma mamita, esta es la más dulce."
Sin importar cuánta experiencia o conocimiento creas tener, nunca hagas juicios a priori. Ofrece al otro la oportunidad de dar una explicación. Lo que percibes puede no ser la realidad.

Ya lo decía Albert Einstein en su momento… “es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.

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